¿Está Vd. apático y cansado?
¿Acaso también se muestra irritable ante la perspectiva de volver al “currelo”?
¿Se siente triste, melancólico, atontado?
Entonces Vd. puede padecer Síndrome postvacacional. Este post le ayuda en su regreso a casa! Dicha expresión fue inventada hace unas décadas por algún trabajador infeliz y desarrollada, desglosada y amplificada por los medios de comunicación del mundo entero. Dicho padecimiento ha tenido gran calado social en España debido a sus ancestrales tradiciones como son la siesta, el famoso “aperitivo”, el ya mítico “cafelito de media mañana”. Ya que estamos a finales de agosto y hay poca temática, debe pensar el redactor de turno, fastidiemos al lector recordándole la temida “vuelta al cole”.
Analicemos en primer término la expresión: un Síndrome, según la RAE, es el conjunto de síntomas característicos de una enfermedad. Ya vamos mal entonces ya que los medios analizan una realidad diferente; según ABC, parece ser que con la crisis creemos que pueda ser el último periodo vacacional de nuestra vida:
“Todo regreso de vacaciones tiene algo de traumático. Pero éste de 2009 ronda lo angustioso. «¿Habrá sido el último veraneo de verdad en mucho tiempo?», se pregunta mucha gente. Pues irse al paro nada tiene que ver con las vacaciones.”
Vamos que si nos entra esta angustia antes de hacer las maletas es mejor que ni salgamos de casa.
Otra de las “perlas” periodísticas que me topo en la red es el testimonio de un parado en La Verdad de Albacete:
“Siempre que he tenido vacaciones he regresado muy mal al trabajo, pero saco fuerzas de donde sea para tirar para adelante. Ahora como estoy en el paro, no hay problema”.
Y nada como el siguiente titular de 20minutos para provocar la angustia general de los pobres ciudadanos:
Te quedan pocas horas para aprender a combatir el síndrome postvacacional.
Comienza la cuenta atrás! (sálvese el que pueda).
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