En este mundo de locos, algunos siguen a Alá y viajan a la Meca, otros tantos van a Roma y otros también peregrinan a Santiago o Benidorm. Este verano aprovechando la canícula, hice mi particular “peregrinación” a la tienda de Apple en el Centro Comercial Xanadú (más conocido por albergar una pista de esquí artificial en su interior). El viaje, que era parte de la aventura, fue en una Vespa de 125 centímetros cúbicos, tardando unos cuarenta minutos en atravesar Madrid, desde la calle Zurbano, donde se sitúa mi centro de operaciones, hasta más allá del km. 20 de la A-5, también conocida como Autovía de Badajoz.
Mi cita era a las 14:45 en la Genious Bar (una especie de barra americana al estilo más informal de Apple) ubicada en la misma tienda. Ahí un “Genio” escuchó cuál era mi problema (a saber, podía realizar llamadas pero el receptor de la llamada no me oía). Después de realizar una serie de comprobaciones, con el número de serie del teléfono para ver si el aparato estaba en garantía (me dijo que le quedaban treinta días aprox. para expirar el año), me dijo que me lo reemplazaba por uno nuevo. Según mis fuentes, tenía reportado que si tenían unidades en stock del conocido teléfono en blanco, te lo cambiaban por uno blanco (no es que yo sea racista pero el nuevo cacharro blanco me parecía más pintón). Entonces voy le digo que si me lo puede cambiar en ese color, pero no, no se puede…Mi gozo en un pozo.
Por lo menos, tengo teléfono nuevo que aunque negro sigue siendo fardón… en fin, estas son las reflexiones veraniegas de un Geek…espero que Vds. no se las tomen muy en serio.
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