lunes, 12 de septiembre de 2011

Una historia de amor y odio




He leído este artículo del diario El País que habla de la extraña conexión entre Apple y Samsung: Mientras según Techcrunch, el 26% de las piezas del iPhone son de la empresa Coreana (es decir, se trata del mayor suministrador de material para equipos de la empresa de la Manzana), en el campo de las patentes, las dos compañías lideran una batalla a muerte. Ya pudimos leer también este fin de semana que la venta de una de las nuevas tabletas de Samsung fue prohibida en Alemania por la similitud en el diseño entre la Galaxy y el iPad2), un claro ejemplo de lo cruenta que puede ser la contienda:

Y lo que pretende Apple no es moco de pavo:

 La disputa siempre presenta los mismos argumentos. Apple alega que no puede permitir pasivamente que roben sus ideas y los fabricantes argumentan que la empresa de Jobs acude a los abogados para perjudicar la innovación ajena.

Se trata de proteger sus ideas aprovechando el margen que le da la legislación de EEUU a este respecto:

Parte del problema reside en una legislación sobre patentes, particularmente la estadounidense, que permite el registro de inventos dudosos y, al mismo tiempo, provoca un auge del registro de patentes con ánimo estrictamente defensivo. 

Nota: Las dos fotos corresponden a las dos tablets, en donde se aprecia su parecido en el diseño...


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