lunes, 13 de abril de 2009

INDEMNIZACIÓN POR BODAS Y PERJUICIOS

Aquí de nuevo el reportero jefe. Caso real: Una cliente de una tintorería de Madrid había depositado para su planchado un vestido que ella misma había confeccionado (vamos tipo la película de los años ochenta La chica de rosa). El vestido lo iba a utilizar en la boda de su hija. En el ticket rosa de la tintorería indicaba que la recogida se haría la mañana del sábado, ya que por la tarde era la boda de su hija. Al acudir por la mañana, la madre se encontró la tintorería cerrada a cal y canto. Disgustada, se acercó a unos grandes almacenes donde adquirió un vestido en sustitución. Pero, ¿qué es lo que pasó luego? Pues que se encontró a una invitada con idéntico modelo. Ahora los tribunales le dan la razón y condenan al tinte a que le pague a la Señora la cuantía de 600 eurelios en concepto de daño moral.

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