No me gusta la idea de que el libro digital acabe con las anotaciones al margen tal como apunta NYT hoy. Un amigo que conocí cuando era niño estudiaba en Oxford y anotaba con portaminas en los mágenes de los libros, en diminuta letra mientras leía en el sofá. El margen, ese elemento fundamental que aparece a los lados de un texto, ese vacío que transcurre sobre el blanco de una hoja. En fín, hoy, amigos, me siento un poco al margen. Imagen extraída del blog Libros y Bitios.
jueves, 17 de marzo de 2011
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