Desde hace algunos años, lustros incluso, algunos fines de semana transito por la autovía A-4, una de las grandes vértebras de nuestra red de autovías Ibérica. Por ella en sus primeros kilómetros se pueden encontrar distintos hitos, que no kilométricos, sino de otro tipo, en el sentido dado por la RAE, persona, cosa o hecho clave y fundamental dentro de un ámbito o contexto. Pues bien, nos encontramos ya en los primeros kilómetros un centro comercial mastodontico de color verde llamado Plaza Éboli, al que nunca hemos tenido ocasión de visitar, ya muy cerca de Seseña, esa Ciudad Pérdida construida por el visionario del ladrillo Paco el Pocero. Más tarde están los Clubes de alterne con nombres propios (Pablo’s, Nicky’s) iluminados con neones de colores que dan a la A-4 un cierto ambiente erótico-festivo. Van pasando los kilómetros y nos adentramos en La Mancha. A la derecha, vemos a un Toro de Osborne al lado de una alberca ilustrada con innumerables Graffiti (a la misma altura pero en sentido contrario está el característico hombre botella de Tío Pepe, Paradojas de la vida!). Suceden los kilómetros y se divisa a la izquierda un Restaurante en forma de Castillo al más puro estilo Walt Disney. Más tarde también a la izquierda, los gigantes molinos de viento que le dan un cierto matiz futurista a nuestro viaje y es cuando nos acordamos del famoso poema de Kavafis:
"Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias."
En fin toda una experiencia!!
1 comentario:
¡caramba!
Así da gusto viajar.
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