martes, 10 de noviembre de 2009

CORRIERON CHORROS DE (E-)TINTA....


En esto de la tecnología, EEUU es pionero. Esto pasa con los eBooks de los que se ha hablado tanto últimamente . Me llamó la atención el litigio contra Barnes & Noble (fabricante del nuevo ebook Nook) por copiar la patente de un competidor; pero cómo puede ser que se acusen entre ellos cuando todos los eBooks son muy similares? (véase Sony ereader y Kindle de Amazon). Leyendo un artículo de opinión de El País (La errática juventud del ebook) me he encontrado la añeja propuesta de la escritora Virginia Woolf en que pensaba que los libros debían tener un plazo de caducidad. Cuando llegara dicho plazo, se extinguirían; Es sin duda la versión de “polvo eres y en polvo te convertirás” adaptada a los libros. Quizás un poco radical pero sin duda eficaz.

Lo que verdaderamente puede ser de interés es el impacto en el futuro, y su repercusión en la educación, la cultura, etc. El otro día leí que en EEUU en las bibliotecas públicas se había implementado un préstamo a través del ebook que funciona de la siguiente forma: tú llevas tu cacharrito, lo conectas a la wifi de la biblio y te descargas el contenido. Una vez pasado el período de préstamo, el libro (PLAM!) desaparece de tu terminal.

Interesante esta última propuesta sin duda.

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