viernes, 16 de enero de 2009

Old times, new ones


“Qué tiempos aquellos!” suspira algunos redactores de la vieja Escuela, esos que llevan una media de 20 años en “Por si fuera poco”. Y es que echan de menos (y encima, con lo que está de moda lo “Retro”) aquella época en que en nuestra redacción repiqueteaban las teclas de las máquinas de escribir al ritmo del “Riiiing!” del los teléfonos de rosca, de esos que no tenían re-llamada ni pantallita. También es verdad que los "chicos" de la Old School siguen dándole a las teclas de su mal parado teclado como si de una vieja máquina de escribir se tratase, lo que ellos llaman defecto profesional. Esta melancolía está patente en el artículo de la revista Wired del mes de enero en el que se habla de las maravillas del fax. Dicen los del artículo que el aparato tiene su utilidad (Imagínate quedarte tirado con el coche y tener que enviar el parte al seguro en un sitio perdido, pues lo más seguro es que el taller de turno lo de pdf les suene a insulto y utilicen el fax). Parece que su auge comienza en los años 80 y dura hasta nuestros días, en donde desde una floristería hasta el panadero de la esquina tiene dicho aparato. Con lo que en comparación al pdf, es mucho más universal, directo y versátil. Por ello si ibas a hacerlo, no tires tu fax! Y si ya lo has hecho pues menuda lástima!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

odio el fax.
no tengo fax.
¡bravo por el pdf!

chüpetina dijo...

bueno, yo también recuerdo cuando no llevábamos implantado el routter de internet en la oreja, y cuando las manos eran sólo para escribir, en vez de una pantalla, como ahora.

besos babosos