Leo en la prensa que un niño autista de 13 años vagó por el metro de Nueva York durante once días sin que nadie aparentemente le ayudara. Según la noticia:
“El niño, según relató su madre, no pidió ayuda en ningún momento. Pero tampoco nadie pareció preguntarse qué hacía un niño sólo en los vagones de metro.”
Da igual que estemos en Madrid, Paris o NY. La gente en el metro muchas veces pasa a lo largo de situaciones similares y prefieren (o quisiera decir preferimos) desentenderse. Esto me recuerda cuando salgo a la calle con el carrito del bebé; en las estaciones de metro la gente pasa de largo y no te ayuda a subir o bajar los escalones. No es que titubeen un momento y luego sigan, es que muchas veces ni se lo plantean.
En fin PERRA vida urbana!
1 comentario:
¡Caramba! Las historias del metro son acojonantes. Mira: te propongo que te evadas un poco del asfalto:
http://gigapan.org/gigapans/38169/
espero que te resulte relajante, chao.
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