Nadie nos iba a decir que en la boda a la que asistimos este fin de semana al finalizar la ceremonia nos encontráramos un grupo de invitados que se le ocurriera hacer explotar varios petardos. El resultado de tan inmensa hazaña acabó con una persona mayor con la cadera rota y otras tantas personas que acabaron en el centro de salud con lesiones en el oído. Vamos como para decir que el final de la ceremonia fuera una explosión de color. Más bien no de color sino de pólvora, ese invento Chino del siglo IX que tanto gusta a algunos y tanto horroriza a otros. Les gusta a los mandatarios de Irán que han anunciado que están haciendo pruebas con un mísil super potetente según publica El País. Yo que era miembro de la Asociación del Rifle y todo me ha dejado de gustar después de este incidente. En fin, cosas de los humanos.
Por cierto sabían que en este pueblo hay una calle que se llama Cristo de la Repolla?
Qué curioso oiga.
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